EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA:
La principal diferencia debe establecerse con el autismo, donde los síntomas se manifiestan ya en el primer mes de vida, el niño camina antes de hablar, la adquisición del lenguaje está retrasada o ausente, y cuando se desarrolla, carece de fines comunicacionales, el contacto ocular es pobre porque vive en su propio mundo e ignora a los demás, y el pronóstico es sombrío porque se trata de un proceso psicótico. Por el contrario, el Trastorno de Asperger tiene un comienzo más tardío (a partir del tercer año de vida), el niño habla antes de iniciar la de ambulación, e intenta comunicarse aunque de forma unilateral, evita el contacto ocular, y vive en nuestro mundo pero a su manera, siendo su pronóstico más favorable por tratarse de un rasgo de personalidad.
El estatus del trastorno de Asperger como un trastorno distinto del trastorno generalizado del desarrollo es cuestionable y muchos especialistas creen que se trata de una versión leve del trastorno autista (autismo de «alto funcionamiento») más que de un trastorno distinto
El estatus del trastorno de Asperger como un trastorno distinto del trastorno generalizado del desarrollo es cuestionable y muchos especialistas creen que se trata de una versión leve del trastorno autista (autismo de «alto funcionamiento») más que de un trastorno distinto